Sucede que la Federación Serbia programó partidos de la final de la Copa de Serbia en Kosovo, territorio en disputa luego de que declarara su independiencia en 2008 y bajo protección de una misión de paz de la ONU tras una sangrienta guerra. Serbia considera a Kosovo como una provincia autónoma, avalado por su constitución y por una antigua resolución de la ONU. Independientemente de esto, más de 90 países ya han reconocido la independencia de Kosovo y su "federación Nacional" es aceptada por la EHF y por la IHF en carácter de miembro asociado.
La situación se agrava ya que hay dos etnias en la región, una de origen albanés que quiere la independencia y otra, la minoría, de origen serbio que parece no quererla.
La Federación Serbia ha informado a la EHF que está en constante comunicación con las partes involucradas
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